Hasta siempre Don Andrés.
Tras cenar recibí anoche una de esas noticias que te duelen: había muerto Andrés Orellana. Al instante se me vinieron a la mente las imágenes de las dos veces en que pude estar con él en el pasado 2008 y pude recordar magníficos momentos vividos en su complejo de "Orellana Perdiz", en junio y octubre. Pero sobre todo recordar a una persona carismática, un icono dentro del entramado empresarial jiennense y a la vez un apasionado ganadero de bravo.
Forjado a sí mismo, levantó todo un imperio hostelero, gastronómico y taurino a ambos lados de la autovía. Un clásico era despedirte de Jaén camino de Madrid o llegar hasta aquí tras pasar Despeñaperros y que lo primero que se te viniera a los ojos fueran sus reses y su gran Plaza de Toros, donde yo a mis siete años me puse delante de una becerra por primera vez.
En esa Plaza de Toros presencié la alternativa de Sebastián Córdoba, hoy banderillero en las filas de Andy Cartagena, un linarense a quien ayudó mucho y es que allí se celebraron muchos festejos taurinos a mediados de los noventa.
Por junio, y ya lo relaté aquí en Jaén Taurino hace unos meses, volví a pisar su casa con motivo de la fiesta del Ilustre Colegio de Abogados de Jaén, y tras mi estancia en Italia pude ponerme delante de unas cuantas becerras después de mucho tiempo. Sus becerras se dejaron o me dejaron y yo disfruté una enormidad. Sin duda uno de los mejores momentos del pasado año, y cuando me acerqué al burladero donde se encontraba para agradecerle que me permitiera ponerme delante y felicitarle por el juego de las reses (eduación campera heredada de mi padre y de Antonio Palomo) me respondió precisamente preguntando por mi padre y evocando a mi abuelo y bisabuelo. Y yo, que creía que él no sabía quien era yo.
Meses más tarde estuve junto a José Luis Altarejos grabando unas imágenes de sus toros en los cercados para el programa taurino de Localia Jaén con motivo de San Lucas. Como siempre, nos atendió de maravilla.
Andrés Orellana, Don Andrés, se ha ido ahora que comienza una nueva temporada pero allá en el campo bravo celestial seguro que le habrán recibido con los brazos abiertos, como él siempre hizo con todo el mundo.
Descanse en paz. Hasta siempre Don Andrés.
Foto: Jacobo Herrera.
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