
jueves, julio 30, 2009
viernes, julio 24, 2009
Nuestro padre nos llevó al hotel sin decirnos exactamente para qué ni por qué. Tras salir del ascensor y coger el pasillo llegamos hasta una puerta que se encontraba abierta.
-Pasad, pasad sin miedo. No os quedéis ahí.
Entramos y nos encontramos ante nosotros a un hombre que se estaba vistiendo. Se estaba vistiendo de luces. De un color algo inclasificable, algo cercano al mostaza y oro era la taleguilla que le cubría de cintura para abajo. Sobre la silla aún permanecía la chaqueta y el chaleco. También el capote de paseo y la montera.
El mozo de espadas le ajustaba la castañeta antes ponerse él sólo la camisa y anudarse el corbatín.
Lo hacía frente a una mesa sobre la cual rebosaban estampas, fotos de imágenes religiosas. Medallas de la Virgen del Rocío y de cofradías de Semana Santa.
En un rincón de la habitación, silencioso pero observador, se encontraba el apoderado y casi sin moverse, impactados por lo que veían, dos chiquillos pequeños, tan rubios como dos niños noruegos, vestidos con bermudas y con los ojos clavados en las lentejuelas del traje de luces.
Esos dos niños éramos mi hermano y yo. Por entonces yo gastaba siete años, mi hermano algo menos, y casi ni le salían las palabras, ni se le entendía. Él no paró de buscar por la habitación el capote y la muleta.
Su padre los había llevado a ver vestir de luces a un amigo torero que esa tarde debutaba en la plaza de Jaén como matador de toros. Se conocían desde poco después que él hiciera su presentación en la Real Maestranza y con su toreo eclipsó al personal, toreando como muchos han dicho, no ha vuelto a torear después. Ellos habían compartido armada en alguna traviesa en las monterías de la finca de unos amigos allá por Cardeña, en Córdoba, cosa que han venido repitiendo durante ya más de veinte años.
Se presentaba en Jaén apenas transcurrido un tiempo desde que Curro Romero, el “Faraón de Camas” lo invistiera Matador de Toros en la Maestranza teniendo a Juan Antonio Ruiz “Espartaco” por testigo. Aquel día se tomaba la alternativa el hijo de un señor muy conocido en Sevilla, que también tomó la alternativa una vez. Miembro de una familia tan grande como conocida, entre los que hubo un compositor de sevillanas, un rejoneador, un gran tirador de escopeta, un primo pianista. Una familia que había tenido en sus manos una ganadería histórica. Una familia muy bohemia.
Tuvo su cartel, su ambiente. Lo empezaron a llamar para cosas de televisión y le cogió el gusto a aquello y entonces se prodigó mucho por ahí, tanto así que pasado el tiempo se alejó bastante del traje de luces y su nombre sólo podía verse en los carteles de los festivales de algunos pueblos. Por entonces se pasó al campo de apoderado y empresario.
Muchos no lo toman en serio y le recriminan algunas acciones. Ahora pasado el tiempo quiere volver a vestir de luces, hacer el paseíllo, sentirse torero.
Mañana volverá a hacerlo en una pequeña plaza de un pueblo de Huelva y se ha preparado a conciencia.
Ni mi padre podrá estar allí acompañándole, ni yo ayudándole como mozo de espadas como hace cinco años en un festivalito en Arroyo del Ojanco.
Quiero desearle toda la suerte del mundo a quien sé que es un gran torero escondido y desconocido para muchos aficionados en una reaparición que prácticamente nadie toma en serio.
Pero como ponerse delante de un toro es precisamente eso, una cosa muy seria, y sé que se ha preparado a conciencia y con mucha ilusión, por ello espero y deseo que aquel torero al que ví vestirse de luces con siete años, mañana y el resto de la temporada pueda triunfar. Hablo de Martín Pareja Obregón.

miércoles, julio 22, 2009

Creo que el planteamiento es inmejorable y me sorprende que tanto en Baeza como Linares se repitan algunos carteles que ya se dieron anteriormente en esas plazas con las mismas ternas, como sucede en Baeza el 16 de agosto (repite hasta la ganadería) o en Linares el 29 de agosto.
De Baeza destacaría por encima de todas las cosas la presencia de Esplá en la feria, siendo esta actuación su despedida de la afición jiennense. Me duele , me fastidia, me revienta que se vaya del Planeta de los Toros sin pisar el Coso de La Alameda porque es, ha sido y será uno de mis toreros predilectos. Está acartelado con Juli y Castella, lo cual le da fuerza a la feria.
Me gusta mucho el cartel de rejones y me alegro al ver que Montes torea en Baeza. Rememoro la tarde que presencié el año pasado en esa plaza con los toros y toreros del domingo, y recuerdo como Finito sacó en el cuarto esa raza de torero que le permite ser el torero que nos gusta ver, como Curro Díaz toreó a placer y "El Fandi" se hinchó de torear un toro que acabó siendo indultado. Un toro que por peso y presencia más bien era una sardinilla.
Linares anuncia unos carteles muy fuertes y sobre todo yo me entusiasmo con ver anunciado a Morante el día 30. Si tuviera que decantarme por un cartel, sin duda, lo haría por el del 28 de agosto, fecha clave en la feria como todos sabemos.
El año pasado estuve allí ese mismo día viendo a Ponce y Perera junto a Talavante, que ese día estuvo para irse a cagar a la vía. Desde entonces hasta hoy sólo he visto a Perera una sola vez, aquella, y precisamente por eso me interesa el cartel, además de ver a Cayetano, torero al que sólo he visto dos veces.
A Finito y Fandi los tengo aborrecidos. Manzanares me incita a hacer kilómetros, Curro Díaz toreando en Linares es sinónimo de tarde grande y finalmente José Tomás, igualmente en Linares se puede traducir a muchas cosas: a morbo, a seguidores que se recorren España, a reventa en la calle, mucha gente que alardea de haber ido a verle y venir de verle, sumado a la propabilidad (simple y llanamente por pura trayectoria ) de acabar en la enfermería. Dios no lo quiera. De aquí a unas semanas empezarán a llamar a mi padre, me empezarán a llamar a mí pidiendo que gestionemos las entradas para ese día pero no para el resto de la feria.
BAEZA
-Viernes 14 de agosto. Reses de Guardiola Fantoni
Andy Cartagena, Álvaro Montes y Leonardo Hernández.
- Sábado 15 de agosto. Toros de Torrehandilla
Luis Francisco Esplá, El Juli y Sebastián Castella.
- Domingo 16 de agosto. Toros de Julio de la Puerta
Finito de Córdoba, Curro Díaz y El Fandi.
LINARES
- Viernes 28 de agosto. Toros de Juan Pedro Domecq
Enrique Ponce, Miguel Angel Perera y Cayetano.
- Sábado 29 de agosto. Toros de El Pilar
Finito de Córdoba, José Tomás y Curro Díaz.
- Domingo 30 de agosto. Toros de Núñez del Cuvillo
Morante de la Puebla, El Fandi y José Mari Manzanares.
- Lunes 31 de agosto. Toros de Passanha
Fermín Bohórquez, Hermoso de Mendoza y Diego Ventura.
lunes, julio 20, 2009
viernes, julio 17, 2009
Cuando uno es pequeño, si el curso académico se ha dado bien, sus padres lo premian llevándolo a un campamento. La cosa puede ir más allá y el muchacho puede acabar aprendiendo inglés en Irlanda, Escocia, Inglaterra...Y puede suceder lo contrario: que la cosa no se dé bien y uno acabe en un campamento de estudiar. Lo que viene siendo un internado, para entendernos.
Ni yo fui nunca a un campamento con chavales de mi edad ni pasé verano alguno aprendiendo inglés fuera de España. En cambio sí que me pasé dos veranos seguidos estudiando en el Unamuno de Málaga.
Cuando yo veía la propaganda de los campamentos de verano, aquello no me terminaba de seducir. Salir fuera de tu casa para levantarte pronto, hacerte la cama, estar todo el día bregando de un sitio a otro e incluso tragarse una clasecilla de inglés...no me entusiasmaba.
Pasado el tiempo unos vecinos míos, mayores que yo, se fueron en comando hasta Gijón a la escuela de verano del Sporting en “Mareo” y a mis diez años envidiaba que todos ellos pudieran disfrutar en una semana junto a chavales de sus edad, en unas instalaciones envidiables, de su afición al fútbol.
Mis propios hermanos han pasado por campus de verano de fútbol y baloncesto en Málaga, en el famoso campus de Nacho Rodríguez. Una semana practicando deportes y juegos rodeados de gente de sus edad y deportistas de Élite. Recibieron muchos regalos deportivos. Me daba cierta envidia ver que yo no tenía a mi alcance nada similar. Yo no podía disfrutar de mi pasión por los toros en unas circunstancias similares.
Pasado el tiempo lo he conseguido. Me orienté de una especie de “campamento taurino de verano” y tras hacer no pocas gestiones y pasar toda una odisea para poder ir, al final, he podido participar.
Hice las maletas y me busqué la vida para llegar a Moraleja, Cáceres, donde en su Centro de Formación Agraria se ha celebrado el II Curso de Conocimiento del Toro Bravo. José Luis Castro ha sido el artífice de todo esto. No es cosa fácil que los ganaderos abran las puertas de su casa, enseñen los toros en los cercados, den a conocer las faenas de campo, permitan que nadie pise sus plazas de tientas y por último pueda alguien ponerse delante de una becerra. Él lo ha conseguido y ha posibilitado que muchas personas sean enormemente felices.
Todo el día colgado del teléfono móvil, haciendo mil gestiones, pidiendo favores, remendando los imprevistos. Animando siempre al personal. Siempre al alcance de todos en todo momento.
No conocía a quien no tengo duda, es toda una institución taurina en Extremadura, y más concretamente en la provincia de Cáceres. Profesional de la hostelería, es él quien puso en marcha el Curso de Mayorales, que está teniendo un éxito enorme, y fruto de ese Curso nació este para aficionados, teniendo en cuenta la altísima demanda.
Durante una semana, - de lunes a viernes- hemos convivido aficionados de todos los puntos de España, de todas las edades, en una residencia y con el toro como elemento de unión hemos vivido unos días inolvidables.
Por momentos aquello parecía surrealista. No es fácil imaginarse que realmente puede llegar a suceder lo que nosotros hemos vivido.
Madrugar día tras día para tener una cita puntual frente al televisor para seguir en directo el encierro de Pamplona, seguidamente desayunar sin parar de hablar de toros y posteriormente desarrollar las actividades previstas.
Exceptuando que el primer día y a primera hora se nos habló de los encastes y castas, así como pelajes del toro de lidia, el resto del curso ha transcurrido íntegramente en el campo bravo. Nos llevamos la primera sorpresa el mismo lunes por la tarde cuando José Luis, el director, nos comunicaba que Victorino Martín nos iba a recibir en su finca de Monteviejo y nos mostraría su museo taurino. ¿Qué puedo yo decir? Quedé impresionado con quien es y ha sido uno de los ganaderos más importantes de la historia del toro bravo. Su museo, sencillamente es acojonante (con perdón). Placas, trofeos, cerámicas, cuadros, todo lo que uno pueda llegar a imaginarse.
Me impactó y emocionó ver frente a mí al famoso toro “Velador”, único indultado en Las Ventas (mi amigo Luismi Parrado puede matizar este dato), así como algunas cabezas de la llamada “Corrida del siglo”. Me mosqueó no encontrar nada referente a mi tierra hasta que ya prácticamente saliendo de la puerta divisé en lo alto de una pared a la izquierda de la cabeza de un toro un cuadro con el escudo de La Carolina, cosa que me emocionó mucho. Así se lo hice saber al ganadero que me dijo:
- Dale recuerdos a Vicente Perucha, el torero de La Carolina cuando lo veas.
- Disculpa que le diga...pero falleció el año pasado.
llevó de allí aunque sea algo chunga, la verdad.
La segunda jornada tuvimos el privilegio, porque verdaderamente así lo veo yo, de hacer la trashumancia. Una labor de campo que en
el ganado bravo se ha ido perdiendo, quedando un pequeño reducto precisamente en Jaén, si bien los últimos ganaderos que lo venían haciendo nos dejaron en las pasadas navidades.
Hicimos una trashumancia cortita, acorde a la jornada prevista. Fue algo emocionante. A campo abierto, alejados de lo urbano, bajo un sol que nos dejó a todos la piel como los salmonetes, nos retrotraímos en el tiempo para vivir en el presente una estampa ganadera del pasado como era trasladar el ganado campo a través de un sitio a otro.
Vacas viejas, becerros, caballos, vaqueros. Cosa impresionante. Vivirlo para contar algo que tampoco puede contarse fácilmente. Tuve la suerte de volver a montar a caballo después de algún tiempo y por unas horas, con mi gorra, mis botos bien engrasados, el caballo y la garrocha me sentí completamente como un mayoral.
Paco, que se ha ganado con su carisma el cariño de todos, además de ser un excelente aficionado esconde tras de sí una historia tan impresionante como emotiva, que yo más adelante contaré.
El miércoles se nos dio la oportunidad de conocer el campo charro, cosa que a mí me hizo mucha ilusión dado que no tengo la ocasión habitualmente de ir a Salamanca y menos aún a su campo bravo.

Ya por la tarde tuvo lugar el primero de los dos tentaderos que pudimos disfrutar. En la ganadería de Elia Hernández vimos tentar a “Frascuelo” apenas dos días antes de su compromiso en Céret. En la plaza sólo le he visto una vez y de corto. En el campo, tentando, disfruté mucho. Otro aire, un sabor añejo, mucha torería. Pego una media verónica para dejar una vaca de retienta en el caballo que a todos nos arrancó un olé muy marcado.
A la hora de saltar los aficionados unánimemente se le animó a Paco Gallardo a ponerse delante de nuevo. Y lo hizo, vaya si lo hizo. Con acierto y decisión. También se puso delante el picador Ismael Halcón, quien picó ambos días.
Aquello se fue un poco de las manos porque bastante gente quiso torear aprovechando la condición de la becerra, muy buena, y hubo unos asistentes a la tienta que habían acudido en pantalones cortos y chanclas, que se pusieron delante y francamente aquello no me gustó nada, porque el campo, pienso, es una cosa muy seria. Acto seguido la comitiva partió hasta Coria y allí en mitad de la calle, en la terraza del bar de José Luis se montó la cena casi diría yo que de forma improvisada.
El ambiente estupendo y al marcar el reloj las 00:00 servidor cumplía un año más. Algunos lo sabían y me cantaron el “Cumpleaños feliz”, uniéndose rápidamente todo el personal y hasta el propio “Frascuelo” que vino a cenar con nosotros. ¿Quién me iba a decir a mí que cumpliría los años en un pueblo de Cáceres y con un matador de toros entre los asistentes?
La última jornada la iniciamos en “Las Tiesas de Santa María”, una de las fincas de Victorino Martín. No he visto en mi vida toros más grandes que los que pude ver la mañana de aquel viernes en los cercados. Sólo vimos toros, ninguna vaca.
Recuerdo que de un grupo que había junto a un comedero, uno de ellos tapaba, escondía totalmente a otro que se encontraba tras él. No paré toda la mañana de acordarme de Ruiz Miguel, con quien apenas una semana antes había estado hablando, y digo que me acordaba de él por su corta estatura y haber sido el torero que más toros de Victorino se ha pasado por la cintura.

Regresamos a la residencia y tras almorzar, tuvo lugar la correspondiente tertulia que siempre se formaba a la entrada de la residencia, con el aliciente de torear de salón con los trastos de algunos de David y Juanjo, dos de los alumnos del curso anterior que se habían unido los dos últimos días a nosotros.
Bien entrada la tarde partimos hacia la ganadería “Jara del Retamar”, en cuya finca, “La Zarzuela” acudimos a la última tienta, que corrió a cargo de José Ignacio Ramos e Iván García. Me gustó mucho el tentadero, sinceramente. Todas las vacas dieron buen juego y más de una se arrancaba muy de lejos al caballo que manejaba Ismael Halcón.
Tenía interés por ver tentar a dos toreros que nunca he visto de luces en la plaza y que dudo, pueda ver por los ruedos de aquí abajo.Viendo a Iván García no dejé de pensar que era uno de esos toreros que andan en el escalafón por debajo del sitio que merecen. En el tentadero, viéndole tentar, parecía hacer fácil todo lo que hacía con la muleta. Se hinchó de torear y como digo, me gustó mucho.
Beatriz Tablado, Jesús Jiménez y David Matas tuvieron oportunidad de torear. Torear mucho y bien, hasta hartarse. En una de esas estando toreando David Matas el ganadero sufrió una caída desde donde estaba situado y no se mató de milagro. Desde el pequeño “palco” ganadero el golpe no fue chico.
Reincorporado el ganadero ya en su sitio permitió a los aficionados ponerse delante. Paco Gallardo volvió a coger la muleta y darle un par de derechazos, igualmente hizo Paco, un aficionado de Cuenca. Borja, un joven aficionado de Madrid se puso delante por primera vez y yo viendo la extraordinaria condición de la becerra no me pude resistir y le pedí permiso al ganadero para ponerme delante.
De cómo estuve...no creo que sea el más indicado para decirlo. Apenas pude darle tres naturales y cuando me retiré al burladero tras recibir no pocos porrazos descubrí que llevaba un pequeño puntazo, mínimo, en la pierna izquierda. Yo no me había dado ni cuenta y las cosas como son, orgulloso que estoy yo de esta pequeña herida que me he hecho haciendo lo que más me gusta.
Como colofón al curso tuvo lugar una cena en un restaurante de Moraleja. José Luis nos sorprendió a todos haciéndonos entrega de una orla conmemorativa del Curso y la insignia de los mayorales. Al ir a recoger la mía, los compañeros me pidieron hablar desde el micrófono...y bueno, ahí soltamos unas palabras para acabar siendo sorprendido finalmente por todos los presentes cantándome de nuevo el “Cumpleaños feliz”, cosa que me emocionó mucho, la verdad.
Los resistentes aguantamos y nos fuimos a la feria de Moraleja, que por entonces ya había comenzado y nos dejamos llevar por la fiesta. Quince o veinte personas de toda España tiramos tras la charanga y recorrimos las calles de Moraleja para acabar presenciando la suelta de reses bien entrada la madrugada.
Llegué a Jaén a las seis de la tarde del sábado previa parada en Almagro, Ciudad Real, ya que Jesús, mi compañero de habitación, y sus padres se brindaron a traerme a la vuelta.
Quiero desde aquí mostrar mi más profundo agradecimiento a José Luis Castro, quien desde el primer instante estuvo pendiente de mí, acercándose incluso a recogerme a la estación de autobuses de Coria y acogerme en su establecimiento la noche del domingo. Una persona que durante una semana ha hecho un esfuerzo sobrehumano por cuadrar todo, por procurar el bienestar de muchas personas y que se ha privado de otras tantas cosas, empezando sin ir más lejos por disfrutar de su familia.
Y quiero igualmente mandar un abrazo a toda la gente buena con la que he compartido estos días irrepetibles. Gente de Extremadura, de Valencia, Toledo, Ciudad Real, Málaga, Sevilla, Salamanca, León, Asturias...con los que he podido disfrutar enormemente mi pasión por los toros.
jueves, julio 16, 2009

miércoles, julio 15, 2009
Calor en la plaza para dar y regalar. Menos mal que nos acogieron los de la Peña "El Puntal Taurino" y con sus clásicos botijos rojos rulando por el tendido pudimos mitigar la que nos estaba cayendo en lo alto. Aquello era un microondas.
viernes, julio 03, 2009

